Una esquina que hace furor: Ganton Street - Carnaby Street, centro de gravedad de los "teen-agers" de todo el mundo.

Una esquina que hace furor: Ganton Street – Carnaby Street, centro de gravedad de los «teen-agers» de todo el mundo.

Parece ser que las autoridades francesas ha decidido impedir la entrada de los beatniks en su prestigioso hexágono. Pero de entre las muchas diferencias que separan un beatnik de un kilo de naranjas o de un transistor, existe una particularmente grave en este caso: su falta de definición de tipo reglamentario, que para un aduanero, un tipo de persona que gusta de las exactitudes legalo-administrativas, es lo bueno.

Pero naturalmente, la administración francesa ha subsanado rápidamente esta pequeña carencia; un beatnik es un individuo que -ultra circunstancias de suciedad y dejadez variables y contingentes- no es capaz de exhibir en la frontera 10 libras, unos 28 dólares, unos 140 francos, unas 1.700 pesetas. Las cosas, claras y el chocolate, espeso.

Un conocido semanario USA (Newsweek) señalaba que los americanos están literalmente «forrados» (sic), y dispuestos, por tanto, a comprar cualquier cosa a cualquier precio. Partiendo de esta coyuntura, los comerciantes están ideando y proponiendo curiosas novedades (gadgets) a unos clientes de gran poder adquisitivo, pero que por otra parte tienen-ya-de-todo, circunstancia superable a base de un poco de imaginación.

En la foto, una "boutique" -vanidad y humo- ¡ay! como los verdes años.

En la foto, una «boutique» -vanidad y humo- ¡ay! como los verdes años.

He aquí, a título de ejemplo, algunas ofertas: una regadera de plata por 32.000 pesetas, o un frasco de 3 litros de perfume «Shalimar» por 1.500.000 pesetas (exacto: un millón y medio de insignificantes pesetas). Encontramos también regalos más modestos y no menos inútiles: un buzón de cartas en forma de locomotora por 3.000 pesetas, un taburete eléctrico para calentar los pies por 900 pesetas (ganga increíble), un pequeño asiento para coche, y regulable para perros (pequeños), por 2.100 pesetas, y un juego de clips portaligas de oro por 3.200 pesetas.

Moraleja. La casi totalidad de los beatniks proceden de los países y zonas más desarrolladas del mundo (USA incluidos), y en sus casas acostumbran a disfrutar de un elevadísimo standing. O sea, que en principio los beatniks saben perfectamente dónde caerse (eventualmente) muertos; pero de momento son gentes jóvenes, gloriosamente asqueados y rebeldes, y atinadamente mugrientos.

Los jóvenes tienen tiempo por delante y, de momento, tienen tiempo para dejarse crecer el pelo en todas direcciones. Y vivir en comunidad un mundo un tanto extraño, poblado de referencias y marcas comerciales. Un mundo curiosamente "pop".

Los jóvenes tienen tiempo por delante y, de momento, tienen tiempo para dejarse crecer el pelo en todas direcciones. Y vivir en comunidad un mundo un tanto extraño, poblado de referencias y marcas comerciales. Un mundo curiosamente «pop».

Beatniks en España…

El gobierno francés ha decidido abrir la veda del beatnik. La guerra se declaró en marzo y seguirá durante todo el verano. Las fronteras son estrechamente vigiladas, pero la ofensiva se lleva a cabo en el mismo corazón de París -en los barrios de Notre-Dame y Saint Séverin- en donde la policía procede a verdaderas «razzias» de castigo. La veda se ha alzado igualmente en Italia, Alemania, Holanda e, incluso, en Inglaterra.

1966-07-00_006_GADGETS_BEATNIKSEn cambio, el beatnik es generalmente bien acogido en nuestra casa y no se le molesta con excesivas amonestaciones. Sólo han sido expulsados del país un par o tres de ellos, pero por actos concretos que atentaban contra las leyes. Es curioso, pues, observar cómo mientras en casi toda Europa el beatnik es perseguido, en España es acogido con cierta tolerancia. Tolerancia que llega hasta el extremo del establecimiento de verdaderas colonias de beatniks en Menorca, Ibiza y Formentera. Tolerancia, claro está, no quiere decir aprobación.

A su paso por las calles y plazas de la capital no es de extrañar, pues, un gesto de malestar en las expresiones de los transeúntes. De todas formas, no olvidemos que en España ha existido una larga, aunque relativa, convivencia entre judíos, moros y cristianos.

Una estampa clásica de los actuales jóvenes vagabundos. Un poco cochambrosos, un poco turistas, medianamente rebeldes. Agítese antes de usarlos.

Una estampa clásica de los actuales jóvenes vagabundos. Un poco cochambrosos, un poco turistas, medianamente rebeldes. Agítese antes de usarlos.

… y hasta en Turquía

1966-07-00_005_GADGETS_BEATNIKSLos beatniks, a diferencia de los antiguos profetas, no predican enseñanza alguna, probablemente porque ya se han desengañado de los hombres. Hacen su camino solos, en parejas o en grupo, a lo largo y a lo ancho del paraíso que perdieron sus primeros padres. Aunque, a veces, son nuevamente arrojados de él. Y si no, que lo diga esa foto en la que dos beatniks son expulsados de Turquía y que muy bien podríamos titular: «Adán y Eva, nuevamente arrojados del paraíso».

El ángel, con uniforme, no empuña espada de fuego, pero enfunda grueso pistolón que también da fuego. Ellos salen sumisos, ligeros de equipaje, sin miedo, en busca de un nuevo paraíso.

Un comentario »

  1. ¡Ye genial!
    Y esta parte me dejó en shock «…gloriosomante asqueados y rebeldes, y atinadamente mugrientos.» :-*

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